Posted on March 31st, 2014
Introducción
Cuando se trata de demandas contra negocios, el término “dinero fácil” puede venir a la mente.
A veces es tan simple como un empleado aprovechándose de un sistema manipulado pero en la mayoría de los casos, la realidad detrás del por qué los empleados demandan a sus empleadores es mucho más simple que eso, más primario; y esto es porque todo deriva de una misma fuente: las emociones.
A todos nos gusta pensar que dejamos nuestras agendas personales en la puerta cuando entramos al lugar de trabajo, pero la naturaleza humana dicta lo contrario.
De hecho, si hay un lugar en donde las relaciones personales probablemente importan más es el trabajo. Es la manera cómo la camaradería y la colaboración se establecen y cómo el respeto entre los empleados y supervisores se forma. Todo lo cual puede ayudar a determinar la durabilidad de su negocio.
Las relaciones entre el empleador y el empleado pueden construir el negocio o dañarlo. Si bien no existe una ley que exija que los empleadores sean “agradables”, o incluso particularmente justos con los trabajadores, si un empleado se siente o percibe rechazado, despreciado o tratado injustamente, es más probable que quiera demandar a su empleador.
Y como la ley está de su lado, no tienen nada que perder al hacerlo.
Razón 1: No les gusta su supervisor directo
¿No sería agradable si pudiéramos demandar a todo el que “lastima nuestros sentimientos”? Bueno, por suerte para los empleados, ellos pueden hacer precisamente esto. Cuando un trabajador se siente presionado o poco valorado por su supervisor, una demanda sin fundamento podría estar a la vuelta de la esquina.
Si los empleados no están satisfechos con la forma en que son tratados, puede haber una tensión inevitable en el lugar de trabajo. Por lo tanto, problemas menores o incluso absurdos pueden inclinar la balanza de un empleado que se siente “victimizado” hacia querer buscar soluciones legales.
La realidad es que sólo porque un empleado se siente despreciado, no significa que una ley fue incumplida.
Desafortunadamente, a veces los empleados usan estos sentimientos de aversión hacia su supervisor para ponerse en contacto con un abogado que estará más que feliz de encontrar alguna violación de derecho laboral compatible con la queja del empleado.
Así, estas demandas no son sólo acerca de la violación en sí misma… son casi siempre un asunto personal.
Cuando un adulto es directamente responsable de los resultados de trabajo de otro, hay un gran potencial de que se genere tensión. La tensión puede llevar al resentimiento. Y el resentimiento puede llevar a un empleado a encontrar una razón para presentar reclamaciones legales contra su negocio.
Remedio: Trate a sus empleados bien. Sea consistente y justo con todos.
Si nos fijamos en el aspecto más amplio del empleo, puede ser un sistema algo antinatural: un intercambio de tiempo por dinero.
Las personas pueden sentirse naturalmente resentidas, incluso cuando se les está pagando bien, si sienten que el tiempo precioso que están gastando vale más que el dinero que se les está pagando.
Trate de contratar a alguien que realmente quiera estar ahí, no sólo a alguien que quiera recoger un cheque. A menos que les encante su trabajo, la mayoría de las personas, en cierto grado, desprecian la sensación de estar “retenido” en un lugar durante 8 horas, 5 días a la semana.
Las relaciones en el lugar de trabajo entre el personal y los supervisores casi siempre mejoran cuando los empleados valoran tanto el trabajo como el empleador.
En resumen:
Cuando los empleados sienten que son apreciados, no sólo son más propensos a sobresalir como trabajadores, pero significativamente menos propensos a demandar también.
Razón 2: Cambios en las expectativas
Es natural que los empleadores realicen cambios a medida que pasa el tiempo para beneficiar a la compañía.
Desafortunadamente, cuando se aplican nuevas políticas y procedimientos, los empleados a menudo se sienten resentidos porque de repente sienten que están teniendo que hacer tareas adicionales o que no se les está permitiendo hacer algo que antes sí podían.
Tal vez los empleados solían tener pausas para fumar y ahora no pueden hacerlo. A pesar de que esa oferta original se haya concedido anteriormente como una cortesía, (sin ser una necesidad razonable del trabajador), ahora puede que se sientan “castigados”.
Esto puede conducir a resentimientos del empleado hacia usted como empleador. Y, de nuevo, sentimientos de resentimiento sin control de un empleado no es algo que usted quiere para su negocio.
A menudo estos sentimientos conducen a los empleados a intentar buscar una manera de “vengarse” y rápidamente encuentran que la mejor manera de hacer eso es a través de una reclamación laboral.
La comunicación desempeña un papel integral en el establecimiento de expectativas. Cuando las expectativas del trabajo percibidas por un empleado son contrarias a las funciones reales del trabajo puede crear un ambiente en el que el empleado se sienta utilizado o explotado.
Asegúrese de que las expectativas del trabajo sean claras para todos los empleados. Si esto no se transmite adecuadamente, una tarea que es una función propia de esa posición podría ser malinterpretada como penalización hacia ellos.
Lo que uno puede ver como “trabajo extra” o “inconsistente con la política”, por lo general es sólo una brecha en la comunicación.
También es importante que se asegure de que las expectativas sean lo más justas posible entre todos los empleados. Una razón común por la que los empleados demandan es la sensación de que están siendo individualizados y tratados injustamente a comparación de sus compañeros de trabajo.
Si las mismas reglas aplican a todos sus empleados será difícil para ellos racionalmente afirmar que están siendo tratados injustamente.
Pero si usted o sus supervisores están haciendo cumplir la política de la empresa a un empleado, pero dejan que otros la incumplan, esto podría ser un problema potencial.
Tan difícil como pueda ser debe tratar que ni siquiera haya una apariencia mínimo de que hay algún favorito entre sus empleados.
Aunque algunas de estas situaciones pueden ser totalmente infundadas, estos mismos escenarios pueden sentar las bases para una demanda si el empleado tiene el consejo adecuado.
Los casos atípicos:
Las razones principales por las que los empleados demandan son las que se enumeran arriba; ellos se sienten mal, heridos, o despreciados. Esto puede conducir a que quieran “vengarse” de usted y aprovechar las leyes laborales parcializadas que favorecen completamente al empleado.
Pero a veces, la gente demanda por una simple razón: DINERO.
Los empleadores pueden ser fácilmente tomados por sorpresa por estafas si no tienen cuidado. Algunas personas planifican desde el momento de la contratación, buscando razones para demandar al empleador y explotar a la empresa por dinero.
Hemos tenido muchos casos en los que una vez que examinamos los antecedentes del empleado que hizo reclamos contra nuestro cliente, encontramos que tenían un historial de reclamos laborales.
El empleado trabajan en algún lugar por un tiempo, encuentran la debilidad de sus empleadores y cuando llega el momento comienzan a amenazar con reclamaciones legales en contra de ellos. Llegan un acuerdo monetario y luego repiten este proceso en su próximo trabajo.
Por lo general, usted puede reconocer este tipo de estafadores por su lenguaje y acciones. Si empiezan a mencionar las leyes laborales y se quejan de posibles infracciones de sus derechos, especialmente por escrito, probablemente están trabajando en engañarlo.
En este tipo de situaciones, puede tratar a la persona tan bien como el oro y no importará, pues sólo se concentran en su posible pago.
Lo mejor que usted puedes hacer es, bueno … lo que debería hacer de todo caso.
Asegúrese de que todas las leyes laborales de California se apliquen adecuadamente en su empresa y que las reglas se respeten al más alto de los niveles.
Y, por supuesto, tenga un paquete de Políticas y Procedimientos de Empleados diseñado específicamente para su negocio para mantenerlo fuera de estos líos si un empleado hace una reclamación en su contra.
Siempre ofrezco una consulta gratuita de 15 minutos.
Si quiere hablar con un abogado en español llame al (310) 985-0037
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